lunes, 17 de abril de 2017

UNA FARSA REAL: "La reina y los insurrectos"

               



Dice Wikipedia que:La farsa (del latín farcire, “rellenar”) es una forma dramática en la que los personajes se desenvuelven de manera caricaturesca o en situaciones no realistas.  
Pero esta farsa cuyos  actores y actrices  les voy a detallar a continuación es realista, porque ocurrió y los personajes son de carne y hueso:

Personajes :
La reina
El Primer Ministro
El Carpetero
El Escriba
El leguleyo
El Capataz
El Carretero.
Etc.


En un territorio del lejano Sur del planeta, un nuevo Gobierno fue elegido por la mayoría de los súbditos ( ahora se los llama ciudadanos) dejando desplazada y desairada a LA REINA. Ella  decidió mantener el poder y retirarse a un destierro voluntario. Por eso ella que dice haber trabajado   por sus súbditos pobres, dejó de estar  a su lado. Se retiró a su lejano paraíso y desde allí manda mensajes con palomitas mensajeras. La reina no es pueblo, es quien ayuda al pueblo y por eso no aparece en las marchas, no está al lado de los súbditos de la resistencia que cortan caminos y se posesionan de plazas o emprenden distintos alborotos para dar una sensación de malestar en todo el Estado.


La reina ahora en un cuasi ostracismo, dirige la banda desde su mansión en su lugar en el mundo un territorio  paradisíaco por sus paisajes y la paciencia de sus súbditos quienes aunque no la aman, o muy pocos lo hacen, le temen y toleran sus desvaríos y el saqueo que con su banda le infringió al tesoro del reino.  
El primer ministro es el primero a quien llama La reina para darle órdenes, él debe estar muy atento para no enojarla porque ella desde que dejó el trono central y se retiró a su mansión está muy irritable y lo reta de mala manera. El baja la testa y acompaña a la reina en todo lo que ella expresas.

El carpetero, un fiel servidor de la reina, que conservó información en carpetas que obtuvo del servicio real de espionaje, para apretar a gente que pudiera, eventualmente, perjudicar a su soberana.   

 El Escriba que publica gacetillas contrarias al actual gobernante , en nuestra era sería periodista. Lo siguen otros escribas  y oradores  que durante el reinado recibían suculentos pagos del tesoro real. 
                                                                               
El leguleyo es garante de libertad para cuanto delincuente sea alcanzado por la mano de la Justicia; porque justicia hay. Es decir siempre hubo, pero por años estuvo  obnubilada por los destellos de divinidad que emanaba de los reyes y de las reinas en la antiguedad, cuando se los creía de origen divino.

El Capataz, encargado de obras, para lo cual recibía enormes sumas de monedas del dinero real para realizar obras que sólo se concretaron en menos de la mitad y que ahora está prisionero  por decisión de la Justicia que lo investiga. El Capataz se hizo de enormes cantidades de tierras, acumuló riquezas desde su obrador y se investiga porque se cree que retornaba parte de esos dineros no al tesoro real sino a las arcas particulares de la propia Reina.

Además del Capataz hay otros integrantes de la corte que están,  presos algunos e investigados muchos. Uno, que es el secretario de carruajes y medios de movilidad, llamémosle  El Carretero , ya fue condenado.

Todo esto tiene muy irritada a la Reina. Pero nadie la verá llorar, no por estas cuestiones tan baladíes.
Pero como el proceso sigue y seguirá, conforme la señora Justicia se despereza. Así como la vida sigue, esta narración continuará.

                                                                         

                             

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