No sin sufrimiento y por la mínima diferencia la selección Argentina se clasificó y pasó a octavos de final, ayer al ganarle a Nigeria por dos goles a uno.
Vi el partido, vi al equipo entrar a la cancha con otra actitud, muy distinta a la de los dos partidos anteriores. Seguros y sonrientes, bien predispuestos. Menos mal y me pregunto cuánto tiempo y rabietas y penas y comentarios ( de los que somos ciudadanos comunes en vivo y en las redes sociales y del periodismo en todas sus formas.) nos hubiéramos ahorrado si la actitud de ayer ante Nigeria la hubiesen tenido en el partido ante Croacia.
Respiré con alivio en el primer Gooooooooooool convertido por Messi, estuve como todos en ascuas y sufrí el penal sancionado a favor de Nigeria y convertido en gol. Quedamos uno a uno.
Vi el resto del partido con bastante preocupación hasta que grité como millones de compatriotas el Golaaaaaaaaaaaaazo del joven jugador Rojo cuando faltaban cuatro minutos para terminar el partido.
Todos nosotros, seguramente terminamos ayer el día mas alegres y satisfechos porque vimos las cosas volver a la normalidad en nuestra Selección de Fútbol. Ahora nos queda abrigar esperanzas para el próximo partido en que el nuevo desafío será enfrentar al equipo de Francia.
Y rogar que el ánimo de nuestros jugadores no caiga, que siga estando muy alto y seguro como corresponde a verdaderos profesionales del deporte. Después si toca perder que sea con esfuerzo y poniendo en la justa competencia, en el campo de juego, todo lo que hay que poner.
Vi el resto del partido con bastante preocupación hasta que grité como millones de compatriotas el Golaaaaaaaaaaaaazo del joven jugador Rojo cuando faltaban cuatro minutos para terminar el partido.
Todos nosotros, seguramente terminamos ayer el día mas alegres y satisfechos porque vimos las cosas volver a la normalidad en nuestra Selección de Fútbol. Ahora nos queda abrigar esperanzas para el próximo partido en que el nuevo desafío será enfrentar al equipo de Francia.
Y rogar que el ánimo de nuestros jugadores no caiga, que siga estando muy alto y seguro como corresponde a verdaderos profesionales del deporte. Después si toca perder que sea con esfuerzo y poniendo en la justa competencia, en el campo de juego, todo lo que hay que poner.